En 2007, tras una larga búsqueda de un terreno ideal en los Valles Calchaquíes, los fundadores de esta bodega encontraron una oportunidad inesperada en una fracción del Valle de Carreras, dentro de la Finca Tacuil.
A 2.590 metros sobre el nivel del mar, este valle se caracteriza por su imponente entorno montañoso y suelos graníticos libres de sales, condiciones óptimas para la vitivinicultura de alta calidad.
La adquisición incluyó 100 hectáreas, de las cuales 20 fueron destinadas a viñedos de alta densidad, diseñados con meticuloso estudio y planificación. El resto del terreno ofrece un paisaje agreste, con cerros y una antigua represa que aporta identidad al lugar.
Poco después, el proyecto se expandió hacia una segunda finca ubicada en Cafayate, en una zona privilegiada camino a Yacochuya. Allí, sobre 40 hectáreas, se enfrentaron a un desafío inesperado: un terreno lleno de piedras que requirió casi dos años de trabajo intensivo para quedar listo para el cultivo. Actualmente, esta finca alberga 11 hectáreas de Malbec en alta densidad y 9 hectáreas de Torrontés bajo el sistema de parral.
Lo que comenzó como un sueño personal de vida rural con viñas, evolucionó hacia un ambicioso proyecto vitivinícola que combina visión, esfuerzo y una profunda conexión con el terroir del noroeste argentino.